El piloto de Hiroshima by Günther Anders

El piloto de Hiroshima by Günther Anders

autor:Günther Anders [Anders, Günther]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Crónica, Memorias, Historia
editor: ePubLibre
publicado: 1995-01-01T05:00:00+00:00


CARTA 37

A Claude Eatherly

31. 7. 60

Querido Claude:

Acabo de recibir tu extensa carta amistosa, a la que quiero dar respuesta inmediatamente, aunque no creo que de momento esté en condiciones de improvisar soluciones reales para todos tus problemas. Tu carta delata cierta irritación[42], probablemente a causa del infame artículo aparecido en Coronet; si me apresuro a escribirte, es sobre todo para pedirte que dosifiques tus emociones y no las malgastes indignándote por las infamias a las que nos exponemos diariamente; mejor sería que reservases tus fuerzas para lo que constituye tu tarea principal. Estas infamias han de servirte más bien de recordatorio, pues lo único que hacen es recordarnos que hemos de seguir avanzando por nuestro camino. O expresado más enfáticamente: en verdad, debe ríamos estarles agradecidos, pues evitan que nos descuidemos.

Y ahora paso a comentar los distintos puntos de tu carta. He de volver a expresarte mi escepticismo: dudo de que esos diputados japoneses que se han dirigido a ti a través de un senador norteamericano, compartan realmente nuestra causa. Sospecho que su verdadera intención es aprovecharse de la autoridad de que gozas entre la juventud japonesa; que intentan presentarte como abogado de un astuto compromiso —y los compromisos siempre pueden disfrazarse de compromisos cristianos[43]—. Por desgracia, no conozco la respuesta que les has dado. Quizás hayas caído en una trampa. Me he puesto inmediatamente en contacto con un amigo japonés, un profesor, para enterarme de quiénes son en realidad los firmantes japoneses de tu carta y para averiguar si hablan en serio, o si más bien son gente de Kishi. Parece haberse olvidado que Kishi fue miembro activo del gobierno japonés durante la agresiva guerra de expansión en el período de Pearl Harbor, y que dirigió la explotación de los territorios que habían estado en manos de Japón. No sin razón, inmediatamente después de la guerra, Estados Unidos encarceló durante tres años a este hombre. Ningún ciudadano norteamericano con sentido del honor puede relacionarse con él o con aquellos que fueron sus colaboradores. Por supuesto, confío en que quienes te han escrito no pertenezcan a este clan. Hemos de esperar la respuesta de mi amigo de Tokio.

En tu carta me pides que escriba a estas personas y, si te he entendido bien, que utilice esta carta como una carta abierta, es decir, como un texto que ha de publicarse en todo el mundo. Ahora bien, yo no puedo hacerlo mientras no sepa quiénes son realmente. El tono que se elige para escribir una carta depende de la persona a la que va dirigida. Espero que esta petición no haya llegado demasiado tarde: tampoco envíes tu carta antes de saber quiénes son esos hombres. Te devuelvo la carta del diputado; ya he hecho una copia.

Lo que me cuentas a propósito del escrito que tu médico ha recibido desde Polonia resulta verdaderamente fantástico. Los polacos deben de haber traducido nuestras cartas tomándolas de una revista alemana. ¿No es el mundo fantástico, no es asombroso enterarse en Viena, a través de una



descargar



Descargo de responsabilidad:
Este sitio no almacena ningún archivo en su servidor. Solo indexamos y enlazamos.                                                  Contenido proporcionado por otros sitios. Póngase en contacto con los proveedores de contenido para eliminar el contenido de derechos de autor, si corresponde, y envíenos un correo electrónico. Inmediatamente eliminaremos los enlaces o contenidos relevantes.